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Mostrando entradas de marzo, 2016

También esto pasará: selfie de un vino sin buqué

Habrá que reconocer que está aquí, gozando de muy buena salud, la novela de la sociedad que el filósofo coreano que produce su pensamiento desde la academia germánica, Byung-Chul Han —una especie de Foucault del siglo XXI, que enseña Filosofía y Estudios Culturales en la Universidad de las Artes en Berlín, un Foucault, digo, en el sentido de ser capaz de retratar con pasmosa precisión la sociedad en que vivimos—, ha designado simplemente como la «sociedad de la trasparencia». Una que sucede a la del   siglo veinte, la de vigilancia y control, y que los mismos Foucault y Deleuze vaticinaron el advenimiento desde antes de la caída del Muro y que se caracteriza por el fin de la intimidad, por la puesta en escena de todo lo que el ser humano antes se preciaba de guardar en secreto o al menos lejos de miradas escrutadoras de extraños. Antes, no hace tanto, quizás no más de diez o quince años, así suene a romántica añoranza, había un casi siempre claro lindero entre lo público y lo

El médico del emperador y su hermano: el lenguaje convertido en protagonista

La última novela del escritor cartagenero Roberto Burgos Cantor, El médico del emperador y su hermano , es una oda al lenguaje, a la cadencia, el ritmo y a la infinitud de posibilidades poéticas y líricas que brinda el idioma. Saborear la prosa de Burgos Cantor es catar el vino de la palabra pacientemente añejado en barricas y toneles de tinta, papel, recuerdos, fantasmas  e historias que decantan con el pasar de los años para rendir su buqué y gusto a los olfatos y paladares más exquisitos. El maestro, el mismo de La ceiba de la memoria , El vuelo de la paloma , El patio de los vientos perdidos y otras obras más en el género de novela y cuento, es un artesano de la palabra, la frase, la metáfora. La fuerza que va adquiriendo su prosa, frase a frase, es como aquella que se escucha en las construcciones sinfónicas que evocan a un Bruckner maduro o a un Mahler tardío; aquí no hay minimalismo, pero tampoco desmesura. Es el dinámico equilibrio entre lo íntimo y lo público, entre