por Philip Potdevin Dice el maestro Roca: “Tal vez el misterio de la poesía consiste en convertir flores en fuego, en fundar el mito, atrapar el imposible” en alusión a George Frazer, autor de La Rama Dorada, quien en un pasaje de El origen de la locura en África , menciona que una tribu que invadía a los malayos entró en contacto con una desconocida flor roja. Se reunieron en círculo alrededor de ella y extendieron sus brazos para calentarse. Así es la poesía de Roca, como una flor roja que sirve para calentar nuestros espíritus en épocas de vientos helados de muerte y desolación sobre nuestro planeta amenazado por su propio y peor depredador. En la preciosa y pulcra edición presentada por Cuadernos del violinista de las XII parábolas apócrifas (junio de 2014), Juan Manuel Roca nos hace evocar, en cada una de estas, la presencia del ángel terrible de la historia. Aquel que Paul Klee representó como Angelus Novus y que luego Walter Benjamín recogió en sus célebres Tesis
Comentarios sobre literatura, el oficio de escribir y pensamiento crítico