A propósito del llamado Big Typescript de Wittgenstein o las posibilidades//limitaciones de los juegos de palabras como leitmotiv
Divertimento, ma non tanto
§ 86. Dificultad de la filosofía, no la dificultad intelectual de las
ciencias, sino la dificultad de una transformación. Las resistencias de la
voluntad para ser vencidas.
Juegos de palabras, jeux de mots, Wortspiel, Word Games (mas no aquellos celebrados en Cali) he allí
un afán, una necesidad presente. Juego de palabras, juego de villanos.
¿Desde dónde habla//escribe//piensa//barrunta
el pensador? ¿Cuál su locus de enunciación? No por supuesto la academia
visigótica, ni ostrogótica, no Marburgo, Friburgo, Estrasburgo, Hamburgo,
Augsburgo o Gotemburgo, no Turingia ni Tubinga; no Aquisgrán, Treveris ni
Maguncia, Heidelberg, no Nuremberg, ni tampoco Francforto en el Meno. No, de
ningún modo la academia nibelunga pero sí su contrapartida criolla, (no por
nombrar sus construcciones con nombres de doctores medievales la hace más
europea), pero más específicamente en un recóndito cerro que no picacho en la
cresta del Ande, el Ande, aquel que respeta y honra los apus, los ayllus, los
amautas, las montañas, las lagunas y los páramos, los desfiladeros//cañones y
los valles interandinos, aquel que honra el principio de reciprocidad, el
principio de relacionalidad, el principio de correspondencia, el principio de
complementariedad y el principio de ciclicidad aquel devoto a la pacha sofía; mas no desde Subachoque, no
Tausa, Sutatusa o Sutamarchán, mas sí desde una vereda un paraje al nor-poniente
de esta capital, llamado Sucunchoque. ¿Puede exisiir un topónimo de mayor eufonía
que este? No habla entonces el galicado señor Vasija de Vino sino en su lugar, un alter ego, el frágil e indocto vernáculo Totuma de Chicha.
Pero más allá de una ubicación
geográfica habla desde la literatura, lo narrativo, lo poético (el barruntador de líneas confiesa avergonzado que ha cometido de palabra, obra y omisión novela, cuento,
poema; tan lejos de la filosofía pero tan cerca de la filosofía del lenguaje.
Pero.. ¿Qué se dice cuando se
dice filosofía del lenguaje? (o la Sprachphilosophie[2]
como anuncia el librito que blande de manera algo intimidante algún maestro ante
la mirada perpleja de sus discípulos que se rebelan a dejarse desasnar). Digamos, según
las autoridades más egregias, que es aquella disciplina de la filosofía que se
ocupa de lenguaje y el significado, especialmente con la relación entre el
lenguaje y la realidad, y la relación entre el lenguaje y la conciencia (o el
pensamiento).
Es hablar de sentido y referencia
(Frege), de descripciones (Rusell) de nombres propios (Searle), de identidad y
necesidad (Kripke), de significado y referencia, de significado y referencia
(Putnam) de cuantificaciones y actitudes proposicionales (Quine), de decir qué
(Davidson), de la inocencia semántica y las situaciones no comprometidas
(Barwise y Perry), del criterio empirista del significado (otra vez Quine) como
también de significado y traducción, de la
concepción semántica de la verdad (Tarski), de verdad y significado (otra vez
Davidson) de actos del habla (Austin) de actos ilocucionarios y locucionarios, de
las intenciones y el significado del hablante (Grice) de las metáforas (Black y
Davidson y Searle) y de la semántica del rol conceptual (Harman).
(in)inteligibilidad del lenguaje filosófico//wittgensteiniano.
Es sabido que el cerebro humano
no entiende la negación. De allí que es inútil al niño que comienza a aprender
el lenguaje decir no toques, no cojas, no juegues, no saltes. El cerebro del
niño/del adulto lo que entiende y capta es si quiero que… toques, cojas,
juegues, saltes… (Wittgenstein §90:12 Acuérdate de cuán difícil les resulta a
los niños creer (o reconocer) que una palabra tiene realmente//puede tener//
dos significados diferentes.)
Si eso es cierto (que lo es) ¿de
dónde entonces la insistencia de los practicantes de la filosofía para hacer//abusar//del
absurdo de la doble, triple o cuádruple negación y elevarla a pieza fundamental
de su discurso?
Obsérvese si no, la entrada del
§86:1. En cuatro oraciones hay cuatro recursos al no y nueve términos negativos
: (ninguna/renuncia/prescindo/carente/renuncia
/difícil/difícil/difícil/contener…)
¿Es posible descifrar ese
galimatías? Es posible. Mas… ¿por qué no apelar a afirmaciones que el cerebro
entiende de manera n a t u r a l?
Antinomias. (R)enuncia/no (r)enuncia.
Valso/Ferdadero. Esencial/inesencial. Trascendente/inmanente. Como el
ourobouros, la serpiente se engulle a si misma…
(Wittgenstein §86:3 El trabajo en
filosofía es justamente más…el//un// trabajo sobre uno mismo. Sobre la propia concepción.
Sobre cómo ve las cosas uno…)
Analogía: ¿No es eso acaso lo que
hace el escritor de ficciones?
¿Hay peor vicio solitario (sonrisas) que el
acto creativo del narrador? Tanto el filosofo como el narrador comulgan en el
acto íntimo (intimacy dirían los analíticos
insulares) de parir el pensamiento filosófico/el trozo narrativo.
(Wittgenstein: §86:4 la concepción
antigua,… la de los (grandes) filósofos occidentales..… dos géneros distintos
de problemas…/: problemas esenciales, grandes, universales y problemas
inesenciales…)
Al narrador se le presenta su
problemática de una forma no binaria: credibilidad, autenticidad, fluidez,
caracterización, punto de vista, descripción, gramática, gramática, gramática y
por encima de todo: técnica narrativa.
§87 La filosofía muestra las analogías desorientadoras en el uso de
nuestro lenguaje.
La analogía, tan cara a la
filosofía es recurso tomado de la literatura, por supuesto y de su expresión
más sublime: la metáfora.
¿Qué es una metáfora? Max Black,
Donald Davidson (dicen que medio hermano del gran motociclista criollo Arley
Davidson) y John R. Searle se ocupan de ello. Black: Llamar la atención sobre
las metáforas de un filósofo es empequeñecerlo. Davidson (el filosofo, no el
motociclista): La metáfora es el sueño del lenguaje y como todo sueño, su
interpretación refleja tantas cosas sobre el interprete como sobre el que la ha
originado. Searle: Si usted oye decir a alguien <Sally es un bloque de
hielo> o <Sam es un cerdo>, probablemente usted dé por supuesto que el
hablante no quiere decir lo que dice literalmente, sino que está hablando
metafóricamente.
En la poesía// narración no interesa analizar la metáfora. Basta
crearla.
Baudelaire: Podemos sofocar
nuestro Remordimiento o En las cavernas de la honda tristeza.
Rimbaud: La tierra del borde está
pisoteada por todos los homicidios y todas las batallas o Abracé la aurora del
verano.
Elytis: Una flotilla de estrellas
atracó en tus mejillas.
De Greiff: Pues si el amor huyo,
pues si el amor se fue…
¿Qué se dice cuando se dice
gramática del lenguaje literario? Ah…. ¡éxtasis completo…! Qué diferencia tan
abismal ocurre entre capturar//escuchar el lenguaje hablado y producir el
lenguaje escrito.
(Vallejo: las dos formas de la
lengua común se oponen por su finalidad y por las condiciones de su empleo. El
lenguaje oral, esencialmente práctico, busca la comunicación inmediata; vive de
las frases dispersas de varios interlocutores: llamadas de atención, preguntas,
respuestas, órdenes, exclamaciones, lamentos —oraciones interrumpidas y
elípticas en que la situación suple lo no dicho o en el que el tono de la voz
da tantas veces el sentido—. El lenguaje literario, en cambio, por mínima que
sea la pretensión artística del autor, fluye en un continuo de oraciones,
períodos y párrafos estructurados en la totalidad de un texto. A los fines
prácticos e inmediatos del habla se opone la intención estética de la
literatura; a los infinitos matices de la voz, el silencio uniforme de los
escrito; a las largas pausas de la vida, la continuidad de la prosa o del
poema.)
La disputa esencial del siglo
veinte: la lucha libre (máscara contra pelo) entre fenomenólogos y analíticos. Analíticos
y continentales. Mientras los primeros son tildados de terapeutas, los segundos
de francotiradores, disparan a cualquier cosa que se mueva.
(Wittgenstein: la filosofía es
rechazar falsos argumentos.) De nuevo la doble negación. (continúa…: El
filósofo trata de encontrar la palabra salvadora, eso es: la palabra que al final,
nos permita captar lo que, hasta ahora, ha pesado de modo inasible sobre
nuestra conciencia…. El filósofo nos proporciona la palabra con la que uno//yo
puede expresar la cosa y hacerla inocua.)
El filósofo//el escritor usa la
palabra, trabaja la palabra, suda la palabra, esculpe la palabra, descubre la
palabra, inventa la palabra y también, la seduce, enamora, conquista, ama,
subyuga, toca, domina, lame, acaricia, besa, la hace suya, la engulle… la expele.
Entonces, ¿en qué se diferencian?
El narrador//filosofo de esa
manera sacraliza la palabra, es hierofante, mistagogo y psicopompo de la
palabra. Pero igual la profana, la rompe, la deconstruye, la atomiza, la (des)honra. La desacraliza.
§88 ¿De dónde viene el sentimiento de lo fundamental de nuestras
investigaciones gramaticales?
(Wittgestein: ¿De dónde //tomaron
// los viejos problemas filosóficos su Bedeutung? … este… cómo se dice…ah, sí…
significado…
Cuáles son los problemas
esenciales del escritor, aquí un ramillete:
¿Cómo construir la tensión, como
lograr que esta atrape al lector?¿De qué manera lograr fluidez en el hilo
narrativo? ¿Cómo generar humor, ironía y de qué manera contrastarlo con la
tragedia, la miseria? ¿De qué manera construir el personaje, cuales son los
artilugios a usar para caracterizarlo? ¿De qué manera lograr que el lector
conozca lo que el personaje quiere, piensa, desea, teme u odia? ¿Cómo manejar
las tensiones, los contrastes en la novela; ¿cuales son los artificios de que
se vale para ello? ¿Cómo manejar las transiciones entre una escena y otra,
entre acción y descripción, entre narración y diálogo? ¿Cómo lograr un balance
entre descripción, narración, acción, evocación, dialogo? ¿De qué manera hacer
fácil lo difícil? ¿Cómo lograr que el lector se identifique con el personaje,
con la situación, con la trama? ¿Cómo juega con el tiempo entre el presente, el
pasado inmediato, el pasado lejano, los recursos, los sueños, el futuro? ¿Cómo
usa el autor los canales perceptivos para darle vida a la narración? En qué
momentos utiliza el canal visual, el auditivo, el kinestésico, el olfativo, el
gustativo, el intuitivo?
(Wittgenstein: El hombre que dijo
que uno puede bajar dos veces al mismo río dijo algo falso: se p u e d e bajar
dos veces al mismo río.)
Relator: El hombre que dijo que
se puede leer dos veces el mismo libro dijo algo falso o verdadero?
Juego de palabras, otra vuelta de
la tuerca.
Wittgenstein: (La importancia de
la gramática es la importancia del lenguaje)
La importancia del lenguaje es la
importancia de la gramática.
La importancia de lo importante
es la gramática del lenguaje.
§89. El método de la filosofía: la representación perspicua de los
hechos gramaticales//lingüísticos.
Verdad y Mentira.
La filosofía no es otra cosa que
la búsqueda de la Verdad como arte socrático o como ciencia rigurosa
husserliana.
La literatura//la otra orilla es
la búsqueda rigurosa de la mentira elevada a arte. La novela es ficción, el
relato es ficción, el poema épico es exageración. El mismo Wittgenstein afirma
en este apartado. .. es difícil no
exagerar en filosofía.
Corrección del error.
(Wittgenstein: §87: 4 Si corrijo un error filosófico y digo que siempre se lo
ha presentado así, pero que no es así, muestro siempre una analogía// tengo que
mostrar siempre…// que se ha seguido siempre….)
(Wittgenstein: La otra
intranquilidad y confusión se caracteriza por las palabras <aquí hay un error>
y la solución mediante (las palabras)
Fe de erratas. (Ramírez: Donde
dice Weismann debe decir Wittgenstein. Donde dice Mi visión de la filosofía
debe decir Big Typescript.)
¿Cuál es la fe de erratas par excellence? Hela aquí:
“Donde dice donde dice, debe decir debe decir.
Donde dice debe decir, debe decir donde dice.”
Wittgenstein acudió a la fe de
erratas y con ello enardeció al Círculo de Viena. De allí el quiebre de aguas
en su pensamiento… el primer Wittgenstein, el segundo Wittgenstein, etcetera.
La pregunta más repetida en la
filosofía: ¿Qué es //la filosofía//filosofar?
La pregunta más repetida en la
literatura: ¿Se puede escribir literatura después de Homero?
Platón, Homero… ¿hemos avanzado
algo después de 25 siglos? ¿Se ha creado algo superior en literatura que La
Ilíada o La Odisea? Cratilo, Teeteto Fedón, Timeo… insuperables a la fecha.
Wittgenstein: (los problemas
filosóficos pueden compararse con cierres de cajas caudales que pueden abrirse
componiendo la palabra determinada o un número determinado, de modo que la
puerta no puede abrirse usando violencia alguna hasta que se da con la palabra,
y una vez que se da con ella, cualquier niño puede abrirla//).
Lo anterior lo demostró Borges (y
en menor medida Cortázar) hasta la saciedad en sus cientos.
(Wittgenstein: El concepto de
representación perspicua tiene para nosotros un significado fundamental.
Designa nuestra forma de representación, el modo en que vemos las cosas.)
Lo anterior en literatura se
llama punto de vista. ¿Desde qué ángulo se ubica el narrador para contar su
historia? Igual tiene un …significado (¿cómo se dice? ah si, Bedeutung) fundamental. Sería imposible
un Quijote en primera persona.
(Wittgenstein: Un símil es parte de nuestro
edificio, pero no podemos extraer de él conclusión alguna; no nos lleva más
allá de sí mismo.)
Abusar del símil en el lenguaje
es abusar del condimento en la sopa. La proporción exacta en la cantidad justa.
(Wittgenstein: La respuesta a la
petición de explicación de la negación (¿se dan cuenta? de nuevo la negación)
es realmente: ¿no lo entiendes? Ahora bien, si lo entiendes, ¿qué queda aquí
por explicar? ¿Qué tiene qué hacer aquí una explicación?)
La filosofía siempre requiere una
explicación. La literatura jamás la requiere. Si lo requiriese perdería su
magia, su encanto, su hechizo. Al igual que la música, al decir de Aaron
Copland, no es necesario entender la música, basta con disfrutarla.
(Wittgenstein: La filosofía pura
y simplemente coloca todo delante y no concluye nada.)
La literatura pura y simplemente
coloca todo detrás y tampoco concluye nada. Todo queda abierto (salvo en una
mala novela).
§90 Filosofía. La clarificación del uso del lenguaje. Trampas del
lenguaje.
El matrimonio del cielo y el
infierno, es un libro sublime de poemas de William Blake. He aquí la versión de
Wittgenstein. §90:3. La capacidad para filosofar consiste en la capacidad de
recibir una impresión fuerte y duradera de un hecho de gramática.
Corolario: Los hombres están
profundamente incrustados en confusiones filosóficas, esto es gramaticales.
¡Oh… ¡qué sabiduría.. elemental,
sencilla, impecable, implacable.
Toda dificultad filosófica//gramática//literaria
queda resuelta por el gran W. Citando al maestro Lichtenberg[3],
el aforísta:
¿Por qué son los problemas de (gramática)
tan duros y aparentemente imposibles de erradicar — Porque están conectados con
los más antiguos hábitos de pensamiento, esto es: con las imágenes más antiguas
que están acuñadas en nuestro mismo lenguaje.
(Wittgenstein: Leo <…philosophers
are no nearer to the meaning of ‘Reality’ than Plato got> [los filósofos no
están más cerca del significado de la <realidad> de lo que estuvo
Platón…]. ¡Qué estado de cosas tan curioso! ¡Qué extraño que Platón haya sido
capaz de llegar tan lejos! ¡O qué nosotros no hayamos podido avanzar! ¿Será por
que Platón era muy listo?
Las trampas
del lenguaje. Acechan tanto al filósofo como al escritor, digo no sin atrevimiento (¿vieron la doble
negación?). El escritor, tras cada palabra que escribe abre una diáspora
fractal de posibilidades (triple redundancia), de caminos, de senderos que se
bifurcan (Borges), una y otra vez, como un rizoma fustigado por las radioactivas
aguas de Fukushima. Si digo, érase una vez, ¿con qué sigo? ¿Cuántas
posibilidades//trampas surgen a partir de allí? Infinitud de contingencias
finitas.
Y de cada cien
posibilidades, noventa y nueve son trampas: lugares comunes, pasos en falso,
reiteraciones, babosadas, tromp l’oeil,
incorrecciones, callejones sin salida, incoherencias, balbuceos, insultos a la
inteligencia, resequedades creativas, en fin… ¿cómo vadear esas trampas
infinitas? Es como (símil) caminar por un puente colgante sin barandas sobre un
profundo abismo. Un traspié y …
(Wittgenstein:
La meta de la filosofía es levantar un muro allí donde en cualquier caso
termina el lenguaje.)
¿Cabe metáfora
más admirable para definir los límites de la filosofía?
§91 No encontramos en absoluto problemas
filosóficos en la vida práctica (como encontramos, por ejemplo, los de la ciencia
natural); sólo encontramos cuando, al construir nuestras oraciones, nos dejamos
guiar, no por una finalidad práctica, sino por ciertas analogías del lenguaje.
Este apartado,
por lo autoexplicativo, no pareciera requerir glosa… y a la vez, suscita la
siguiente inquietud:
El lenguaje es
sentido, es significado es analogía, es metáfora, y ya dijimos, siguiendo a W,
es esencialmente un campo minado de trampas. Pero si renunciamos al lenguaje,
¿qué nos queda? Vivir sin lenguaje nos llevaría a la infinita libertad de los
animales a quienes les basta aullidos, maullidos, balidos, alaridos, graznidos,
gruñidos, zumbidos, chillidos, relinchos, bufidos, ronquidos, mugidos,
cacareos, gorjeos, ladridos, sisbeos y silbidos?
Si bien muchas
personitas viven a medio camino entre esas asonancias animales y los balbuceos
(MIRA que hay algunas así)… prefiero no renunciar, (doble negación… ay, que bella es la doble
negación), hablo en primera persona, a las figuras gramaticales:
La aposición.
Nada más bien parecido en literatura, que la aposición, sal y pimienta del
lenguaje. Sí, hay algo más bello: la metáfora. Pero también podemos echar mano
de las progresiones y gradaciones, que
van sumando una, dos, tres veces a la intención del mensaje, las inconsecuencias sintácticas, el ablativo absoluto, el
anacoluto, el verbo impoluto, las omisiones, la elipsis, la repetición,
repetición, repetición., las substituciones, los sinónimos redundantes, la
enumeración, primero esto, luego aquello y luego estotro, la simetría y el
quiasmo, las uniones insólitas de palabras, la construcción nominal, la
personificación, la metáfora, ay, la metáfora, la comparación, etcetera.
§92. Método de la filosofía. Posibilidad
del progreso tranquilo.
Y para
finalizar:
(Wittgenstein:
El descubrimiento auténtico es el que me hace capaz de dejar de filosofar
cuando quiero.)
[1]
Seudónimo apócrifo usado por el proto-chamán Totuma de Chicha.
[2]
Die Sprachphilosophie ist die Disziplin der Philosophie, die
sich mit Sprache und Bedeutung beschäftigt, vor allem mit dem Verhältnis
von Sprache und Wirklichkeit und dem Verhältnis von Sprache und Bewusstsein (bzw. Denken).
[3]
Otros aforistas notables: Baltasar Gracián, Friedrich Nietzsche, El Barón de La
Rochefoucauld, Nicolás Gómez Dávila, Óscar Jiménez.
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