Descubrí esta novela al preparar un ciclo de lecturas llamado "Mujeres y hombres en busca de sentido" y ha sido una maravillosa revelación. La perspectiva de la autora, basada en testimonios de una gran cantidad de mujeres republicanas que sufrieron encarcelamiento, torturas y vejaciones durante y después de la Guerra Civil española es estremecedora. ¿Qué sentido hay en pasar días, meses, años en una prisión, prácticamente sin ninguna esperanza de salir? Este dialogo entre dos reclusas de la prisión de las Ventas en Madrid lo dice todo:
—Hay que sobrevivir, camaradas. Sólo tenemos esa obligación. Sobrevivir.
—Sobrevivir, sobrevivir, ¿para qué carajo queremos sobrevivir?
—Para contar la historia, Tomasa.
—¿Y la dignidad? ¿Alguien va a contar cómo perdimos la dignidad?
—No hemos perdido la dignidad.
—No, sólo hemos perdido la guerra, ¿verdad? Eso es lo que creéis todas, que hemos perdido la guerra.
—No habremos perdido hasta que estemos muertas, pero no se lo vamos a poner tan fácil. Locuras, las precisas, ni una más. Resistir es vencer.
La voz dormida es una bellísima novela, maravillosamente escrita que nos sacude nuestras más profundas fibras. Los diálogos son memorables, y la acción que ocurre simultáneamente en la prisión, en la clandestinidad de Madrid, y en las sierras de Andalucía donde opera la guerrilla contra el nuevo gobierno franquista es de una tensión insuperable. No dudo en recomendar este libro por su gran factura y el tema que resaltar la labor de las mujeres, derrotadas en esa guerra pero más vivas que y con más fuerza que muchas de las mujeres del bando vencedor.
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