En sus dos grandes novelas (grandes no extensión sino en alcance) La peste y El extranjero, la pregunta por el sentido de la vida está sobre la mesa desde la primera página. Mersault acude al funeral de su madre como si fuera una actividad más de su aburrida vida. No puede imaginar que su indiferencia, su falta de emotividad y su insensibilidad, que siempre lo han caracterizado, tendrán consecuencias funestas en el momento más decisivo de su vida.
A Camus le intriga la relación del hombre con Dios y con su intermediario, la Iglesia. De allí que en ambas novelas aparezcan unos acalorados diálogos entre los protagonistas y unos sacerdotes católicos en torno a temas de la existencia de Dios, la salvación y la vida en el más allá.
Mersault, al final de sus días descubre sus verdades más profundas-
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